El vistoso cerro que le dio el nombre a la ciudad en la que me
encuentro, Pisac. Se encuentra más o menos a unos 30 kilómetros de la ciudad de
Cusco. La ciudad queda en las faldas del cerro, en el cual se encuentras
vestigios de la antigua Pisac, que servía como un observatorio astronómico.
Písac no escapa a las famosas leyendas incas. La ciudad
presenta una estatua que tiene una muy particular: se dice que el cacique
Huayllapuma tenía una hija, llamada Inquill, a la que tenía que casar con el
hombre que pudiese construir, en sólo una noche, el puente sobre el río
Willcamayu - Actualmente "Vilcanota" ó "Urubamba"- (un
puente de mucha importancia para la defensa del lugar). Pese a la dura tarea,
Asto Rímac -un apuesto príncipe- decidió aceptar el reto, y pedir la mano de la
princesa. Las autoridades del lugar dispusieron todo para que Asto Rímac
iniciara las labores, mientras la princesa debía subir un cerro sin voltear;
porque, de lo contrario, ella y su prometido se convertirían en piedra. Casi al
amanecer, el príncipe había culminado con la obra, pero Inquill, no pudiendo
soportar más, volteó y quedó convertida en piedra hasta el día de hoy.
Después del recorrido, noté que en el otro extremo del cerro se pueden
tomar taxis para descender y obviamente lo hice, después de la tremenda
escalada, pagar $20 soles por bajar sentada fueron mi premio.Al final regresé por una deliciosa rebanada de pastel de chocolate a la pizzería, como premio a mi esfuerzo.