Tuesday, June 30, 2015

Perú Día 5. Pisac.

Después de alistarme y prepararme psicológicamente para escalar el gran cerro de Pisac, noté en los letraros del hotel que no debía cepillarme los dientes con el agua corriente, bueno, quizá muera hoy. La verdad es que no estaba preparada para lo que venía al escalar en los 3,300 mts SNM, aunque una cosa era segura, los antepasados furon muy abios al encontrarle el uso a la coca.
 

El vistoso cerro que le dio el nombre a la ciudad en la que me encuentro, Pisac. Se encuentra más o menos a unos 30 kilómetros de la ciudad de Cusco. La ciudad queda en las faldas del cerro, en el cual se encuentras vestigios de la antigua Pisac, que servía como un observatorio astronómico.



Písac no escapa a las famosas leyendas incas. La ciudad presenta una estatua que tiene una muy particular: se dice que el cacique Huayllapuma tenía una hija, llamada Inquill, a la que tenía que casar con el hombre que pudiese construir, en sólo una noche, el puente sobre el río Willcamayu - Actualmente "Vilcanota" ó "Urubamba"- (un puente de mucha importancia para la defensa del lugar). Pese a la dura tarea, Asto Rímac -un apuesto príncipe- decidió aceptar el reto, y pedir la mano de la princesa. Las autoridades del lugar dispusieron todo para que Asto Rímac iniciara las labores, mientras la princesa debía subir un cerro sin voltear; porque, de lo contrario, ella y su prometido se convertirían en piedra. Casi al amanecer, el príncipe había culminado con la obra, pero Inquill, no pudiendo soportar más, volteó y quedó convertida en piedra hasta el día de hoy.


Después del recorrido, noté que en el otro extremo del cerro se pueden tomar taxis para descender y obviamente lo hice, después de la tremenda escalada, pagar $20 soles por bajar sentada fueron mi premio.Al final regresé por una deliciosa rebanada de pastel de chocolate a la pizzería, como premio a mi esfuerzo. 




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